En este ensayo, nos proponemos explorar los diferentes significados de los conceptos de vivibilidad y vida en el pensamiento de Judith butler. si bien es crucial para su obra temprana —butler se refiere por primera vez a este concepto en su introducción del libro, El género en disputa de 1999—, el concepto en sí emerge con más claridad y elaboración en su obra tardía (Deshacer el género, Vida precaria y Apuntes hacia una teoría performativa de asamblea). nuestra pregunta principal sería: ¿cuál es el hilo conductor que une las diferentes concepciones de vida en el trabajo de butler? ¿cuáles son los lazos entre la vida abyecta, invivible, precaria, indolora, desechada y desposeída? De estas dos preguntas surgen otras más: como la cuestión de gradación de vivibilidad — qué vida importa, y “cuánto,” y cómo pensar este tipo de cuantificación de algo no-cuantificable—; y la cuestión de la universalidad (todas las vidas importan). estas preguntas, obviamente, tienen que contar con evidencias bajo las cuales la vida es cualificada, calificada y contada como vivible. estas condiciones abarcan las normas que organizan las posibilidades de reconocimiento y los órdenes de reconocimiento tanto como la distribución diferencial de la humanidad. Y además engloban las maneras en las que estamos constituidos políticamente, pero también, las maneras en las que el “nosotros” se define como social y corporal. La cuestión de la vida vivible está, por ende, enmarañada con la problemática de la contraposición entre la voluntad individual y la idea del “nosotros”, que, como seres, necesitamos —en palabras de la propia butler— “para mantener y reproducir las condiciones de (nuestra) propia vivibilidad” (Deshacer el género 2004: 39).