La relación entre φρόνησις y σοφία en Aristóteles es análoga a la relación que se da entre un mayordomo y el señor de la casa. El mayordomo es soberano entre todos y administra todas las cosas en la casa. No obstante, no da órdenes al señor, sino que, al gobernar sobre los demás subordinados, procura ocio para su amo (παρασκεθάζει τῶ δεσπότῃ σχολήν, MM, I, 34, 1198b 14), para que éste, al no ser obstaculizado por las cosas necesarias, pueda dedicarse enteramente a la filosofía. Análogamente, la prudencia es soberana en el alma, pero no gobierna sobre la sabiduría, sino que, al gobernar sobre las pasiones, produce ocio para que el intelecto pueda dedicarse a la contemplación. Esta metáfora tomada de MM (I, 34, 1198b 8-20) concuerda con una analogía paralela de EN (VI, 13, 1145a 6-11): la relación φρόνησις-σοφία es semejante a la relación que se da entre la medicina y la salud. Así como la medicina no es soberana respecto de la salud, así tampoco la prudencia lo es respecto de la sabiduría, sino que mira de qué modo la produce (ὁρᾷ ὅπως γένηται). Por otra parte, la misma función productora o generadora de la prudencia en su relación con la sabiduría se confirma en Met., A, 1, 981b 13-25. Allí Aristóteles describe la anterioridad cronológica de las artes necesarias y de las orientadas al placer. Las ciencias contemplativas, en efecto, surgen una vez que han sido descubiertas las ciencias necesarias. El descubrimiento de estas últimas antecede cronológicamente y contribuye al nacimiento de la contemplación (θεωρία) en las poleis.