Abstract

Hay escrituras que son muchedumbres, como las de Violeta Parra (Chile, 1917-1967) y Matilde Casazola (Bolivia, 1943). Es decir, que unifican en sus textos autobiográficos una multitud de voces y saberes precedentes. Parte de su enorme trascendencia y singularidad está dada precisamente por la exhibición de esas creaciones o criaturas “habitadas”. Artistas ex-céntricas ambas, se mueven entre el lirismo y la música popular, la periferia y el cosmopolitismo, entre el museo y la “peña”, entre distintos géneros y en las zonas fronterizas que caracterizan el “bastardismo” (María Galindo). En este trabajo mostraré cómo, al habitar la bastardía, estas escrituras en muchedumbre proponen una nueva forma estética, anticanónica, que nace para ser compartida, plagiada, multiplicada, reelaborada.

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