Abstract
El presente artículo pretende examinar el ascenso de China como potencia global, e interpretar el impacto que representa para el sistema internacional contemporáneo. Mientras que generalmente se sostiene que China pretende un cambio en el mismo, aquí planteamos que estos cambios solo se ajustan a sus necesidades como potencia ascendente y a revindicar su larga historia. Ambas necesidades se retroalimentan dando forma un revisionismo distinto al que una potencia en ascenso podría proyectar. La incorporación de China al sistema westfaliano por el uso de la fuerza, significó la adopción de los principios europeos para su desenvolvimiento en el concierto internacional. El desarrollo industrial y la consolidación del Estado fueron claves para su modernización y el consecuente ascenso como potencia de primer orden. La interpretación que sostiene que el gigante asiático plantea un cambio radical en el sistema internacional, no se ajusta a sus propios intereses. La identidad dual y el realismo moral son elementos de suma importancia para entender cómo se interpreta a sí misma y cuáles son sus aspiraciones a nivel global. Por lo tanto, en esta línea, el enfoque del realismo moral planteado por el académico chino Yan Xuetong, como marco teórico, nos permite explicar desde los propios conceptos chinos el rol que el gigante asiático consideraría asumir en el concierto internacional.
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