Abstract

En el presente artículo, se estudian los agentes de negocios que resultaron esenciales como nexo de unión entre los distintos territorios de la monarquía hispánica y la Corte de Madrid. Actuaron como mediadores entre quienes residían en América y que pretendían obtener los cargos y honores que el monarca dispensaba. Sin embargo, desde el año 1674, cuando los puestos de gobierno político, así como los de justicia desde el año 1683, se comenzaron a conceder por dinero, estos agentes de negocios o «brokers» sirvieron también como financieros. Se estudia de forma específica el caso del principal agente que existió en el último tercio del siglo XVII, Diego de Villatoro, marqués del Castillo, quien además fue procurador del Consulado de Lima ante el Consejo de Indias.

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