Abstract

Los registros precatastrales son una fuente histórica muy relevante para los estudios de historia agraria y evolución de la propiedad. No obstante, se trata generalmente de fuentes de tipo textual y sin representación gráfica, lo que supone limitaciones evidentes. En el caso de los territorios donde predominaba el contrato enfitéutico, la concurrencia de derechos sobre una misma parcela (dominios útil y directo), obligó a generar documentos de control de elevada precisión, entre los que destacan los cabreves. En este estudio analizamos un cabreve de la baronía de Sella (Alicante), datado en 1726, a partir del cual se ha realizado un estudio de caso en el valle de Tagarina, con una superficie aproximada de 1000 ha. Las relaciones de vecindad contenidas en este cabreve se han modelizado como grafos espaciales y, mediante un proceso iterativo, se ha logrado superponer la estructura parcelaria de 1726 sobre otras capas de información cartográfica (principalmente, toponimia, relieve y ortofotografía). Combinar el grafo espacial con otras fuentes geohistóricas (establiments de 1613 y el catastro de 1917) permite observar la evolución de la propiedad a través del seguimiento de familias de enfiteutas que se convirtieron en propietarios. Estas nuevas evidencias no hacen sino confirmar la calidad y las posibilidades de explotación de la información geográfica contenida en los cabreves.

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