Abstract
Las guerras, como otros acontecimientos traumáticos que afectan a las sociedades, han sido conmemoradas de forma abundante en el espacio público. En el caso español, el recuerdo hacia la invasión napoleónica de 1808-1814 constituye uno de los ejemplos más extensos, si no el que más, en cuanto a monumentalidad erigida. Se calcula que hay más de 350 casos de memoria pública al respecto repartidos por todo el país, centrados tanto en acontecimientos como en figuras individuales heroicizadas. La mayoría de ellos son representaciones en piedra que buscan difundir símbolos de la lucha contra el invasor desde el lado español. Sin embargo, existen cerca de una quincena de obras que plasman la voluntad de recordar a las tropas que estaban ocupando el país. Sobre ellos trata este artículo, que prestará especial atención al primero y más importante: el monolito erigido en 1847 en memoria de los prisioneros de guerra recluidos en la isla balear de Cabrera tras su derrota en la batalla de Bailén, en 1808. La investigación se ha realizado a través de fuentes primarias procedentes de varios archivos, además de prensa (española y francesa, tanto histórica como reciente). A ellas se unen monografías y otras fuentes secundarias que abarcan desde la historia local a perspectivas globales, pasando por la historia del arte. A pesar del corto número de monumentos existentes, el artículo estudia y analiza distintas representaciones e intenciones a la hora de erigir estas antenas de memoria.
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