Abstract

La lucha contra el cambio climático ha encontrado en la fiscalidad una herramienta para avanzar en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Diferentes países han desarrollado figuras impositivas sobre el carbono en Europa, América o Asia.En Europa, Suecia estableció un impuesto sobre el carbono hace cerca de tres décadas, Irlanda lo adoptó en el contexto de la crisis económica de 2008 y, más recientemente, Francia alumbró su Ley de transición energética para un crecimiento verde con el apoyo de un impuesto sobre el carbono denominado contribución clima energía.Las tres experiencias, que han tenido diferentes impactos, pueden aportar luces sobre los factores que pueden favorecer el éxito de estas medidas. Para ello, el presente artículo tiene como objetivo presentar de manera resumida las principales características no solo de los impuestos sobre el carbono, sino también de sus procesos de adopción y del destino de la recaudación obtenida.

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