Abstract

En enero de 1786 zarparon de Cádiz los dos primeros barcos de la Compañía de Filipinas que inauguraron la nueva Carrera comercial directa entre la metrópoli y las Islas Filipinas por la ruta del Cabo de Buena Esperanza. Los barcos iban al mando del oficial de la Armada Francisco Muñoz y San Clemente. En el viaje de regreso el marino se vio obligado a resguardarse en Port Louis en la isla de Francia (Mauricio), que recorrió. Ya en Cádiz, escribió una sugerente relación de todo el viaje y de la expedición a la colonia francesa, rica en detalles científicos útiles para posteriores navegaciones y en reflexiones políticas y comerciales sobre la economía filipina para el funcionamiento de la Compañía.

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