Aggressive signals should predict whether the sender of the signal will attack the receiver, yet this criterion has been little studied. We conducted experiments with male House Wrens (Troglodytes aedon) in north-central Illinois in 2009 to test the hypothesis that rates of song delivery and wing-quivering (putative aggressive signals) signal aggressive intent. We simulated a conspecific territorial intrusion by combining playback of male song with a male taxidermic mount, predicting that these signals would be related to a male's likelihood of attacking a conspecific. All males (N = 37) sang in response to the intrusion. Males attacking the mount sang at significantly higher rates and performed significantly more wing quivers than males that did not attack. In addition, all males that attacked the mount performed wing quivers (9/9), whereas only 53.6% (15/28) of males that did not attack did so (P = 0.011). Our results are consistent with the hypothesis that both song and wing quivering indicate a signaler's aggressive intent and that these signals are likely components of a multi-component, hierarchical display. Los despliegues agresivos de la Ratona Común están compuestos por múltiples componentes que predicen el ataque Las señales de agresividad deberían predecir si el emisor de la señal atacará al receptor, aún así este criterio ha sido poco estudiado. Realizamos experimentos en la Ratona Común (Troglodytes aedon) en el centro norte de Illinois en 2009 a fin de poner a prueba la hipótesis de que la tasa de emisión del canto y de temblor de alas (señales putativas de agresividad) señalizan la intención agresiva. Simulamos la intrusión territorial de un conespecífico al combinar playback de un macho con un ejemplar taxidermizado, prediciendo que estas señales estarían relacionadas a la probabilidad de un macho de atacar a un conespecífico. Todos los macho (N = 37) cantaron en respuesta a la intrusión. Los machos que atacaron el ejemplar taxidermizado realizaron más temblores de alas que los machos que no atacaron. Adicionalmente, todos los machos que atacaron realizaron temblores de alas (9/9), mientras que solo el 53.6% (15/28) de los machos que no atacaron lo realizó. Nuestros resultados son consistentes con la hipótesis que tanto el canto como el temblor de alas indican la intención agresiva del emisor, y que estas señales probablemente sean componentes de un despliegue jerárquico y de múltiples componentes.