Se ha dicho que España careció de política exterior durante la Restauración. Se ha atribuido a esta carencia un papel decisivo en la derrota frente a los Estados Unidos. El «recogimiento», opción compartida por los gobernantes españoles con los de Italia, el Reino Unido, Alemania y Austria, nada tiene que ver con el aislamiento. Aquel significaba aceptación de las fronteras, política defensiva y no de conquista, concentración de los recursos en la estabilización de las instituciones y el desarrollo de la riqueza y, a partir de la segunda mitad de los ochenta, en la mejora de las condiciones de vida de las clases sociales. El artículo, parte de un proyecto de investigación, sitúa la posición de geoestratégica de España en el marco de una triple solidaridad: la de las monarquías europeas, la de la naciones mediterráneas, incluidas las del norte de Africa, y la de lo partidos políticos de cada país. Esa comunidad de intereses debería actuar como factor de cohesión en un momento en que la fluidez de la política europea creaba incertidumbres y alguna amenaza a la paz.
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