Las escuelas unitarias y multigrado representan el 44.3 por ciento de las escuelas públicas en México. El caso interesa por dos razones: en primer lugar, su persistencia a lo largo de los siglos responde a condiciones constantes y cambiantes del mundo rural que necesitan examinarse con mayor atención; en segundo lugar, su estudio es de fundamental interés teórico para la historia de la educación, pues su trayectoria histórica y las soluciones pedagógicas asociadas a éstas ponen en jaque la validez universal de los conceptos de "forma" y "gramática" escolar, que se forjaron a partir de la difusión mundial del modelo relativamente reciente de la escuela graduada, en la que la población se agrupa en grados que se pretenden homogéneos por nivel y edad, cada uno con su propio maestro. La existencia de otros arreglos de educación formal obliga a revisar los conceptos de los procesos educativos dentro y fuera de los espacios socialmente llamados escuelas. En este artículo, trazamos la historia de las discusiones y acciones en torno a las escuelas unitarias en México hasta 1990. Esta larga historia muestra que se trata de un sector que siempre ha luchado contra el supuesto ideal de la forma escolar graduada, erigida como modelo único desde finales del siglo XIX.
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