Los límites entre las humanidades y las ciencias se han desplazado y traspasado en innumerables ocasiones en las últimas décadas. El uso de la ciencia en los estudios humanísticos y de la metáfora cultural en los científicos está abundantemente documentado. Fértiles en especial han sido, por ejemplo, las teorías de la termodinámica (entropía), de la topología, de las catástrofes y de los fractales. El físico y matemático Alan Sokal, sin embargo, denunció la instrumentalización abusiva de la ciencia por ciertos teóricos de la literatura, filósofos y psicoanalistas, entre otros. El escándalo provocado por Sokal en 1996 oculta, no obstante, empleos legítimos de las ciencias por las humanidades, como el que Gaston Bachelard ilustró, tras despejar los obstáculos epistemológicos previos, con su creación de una poética de la materia.