El uso del sistema de riego artificial aéreo establecido en la Colonia Juana Díaz, cerca de la Central Cortada, Santa Isabel, P. R., hace posible la aplicación de los abonos disueltos en agua y de los insecticidas para la represión de los insectos que viven en el terreno. Para combatir el taladrador del tallo de la caña, Diatraea saccharalis (Fabricius) se iniciaron dos experimentos durante los años 1950 y 1951, en los cuales se usó este método de dispersión de los insecticidas. Se usaron 13 clases de insecticidas, a saber: Aldrín, Clordano, Dieldrín, Ryania, Rotano, Hexaloruro de benceno, Emulsión concentrada CPR, Gyphene, Marlate, Kryocide, Dilan, Heptachlor e Insecticida Dr. Wolf. Cada uno de estos insecticidas se aplicó en dos concentraciones distintas. Ambos experimentos incluyeron 31 parcelas sembradas de caña, 20 de ellas tratadas con insecticidas y 11 testigos. Los insecticidas se aplicaron a intervalos de 15 días, esto es 4 aspersiones durante la temporada. Los experimentos se llevaron a cabo durante las temporadas de otoño de 1950 y 1951, respectivamente, cuando la caña estaba aún pequeña y empezaba a formar canutos en la base de los tallos. Las tablas y un análisis del trabajo efectuado, demuestran que estos insecticidas, por lo menos cuando se usó el método de riego artificial aéreo, fueron completamente ineficaces para controlar el insecto. En muchos casos la infestación en las parcelas testigos fué menor que en aquellas a las cuales se les aplicaron insecticidas; en otros casos los insecticidas de concentraciones bajas resultaron más eficaces para el combate del insecto que los mismos usados en concentraciones más altas. Es muy posible que la ineficacia de los insecticidas fuese motivada, en parte, por la gran cantidad de agua que se usó en su dispersión. No hay duda sobre que ésto redujo la concentración del insecticida hasta hacerlo completamente ineficaz para controlar el taladrador del tallo de la caña.
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