Introducción: este artículo expone los resultados de un estudio ya finalizado, cuyo objetivo consistió en determinar si, durante la realización de retratos hablados a través de videollamadas, es posible evidenciar una correlación entre la amplitud del campo visual que tiene el testigo o víctima respecto del espacio de trabajo del artista forense, y el parecido resultante entre el retrato y el rostro de la persona a identificar.
 Enfoque: el énfasis está puesto en la aplicabilidad de estos nuevos medios tecnológicos en el contexto latinoamericano, particularmente hacia la superación de las distancias físicas existentes entre las víctimas y autoridades judiciales de algunos países de la región.
 Metodología: un primer grupo de 24 personas voluntarias situadas en Santiago de Chile tomó parte de entrevistas cognitivas individuales con un artista forense instalado en Dundee (Reino Unido) mediante videollamadas, 24 horas después de haber observado brevemente la fotografía de uno de los personajes de una serie de TV británica no transmitida en Chile. Durante las entrevistas, 12 de ellas tuvieron acceso visual a la imagen del tronco superior del artista y su espacio de trabajo, mientras que las otras 12 solo observaron en la pantalla una muralla blanca. Posteriormente, un segundo grupo de 24 personas, también ubicadas en Chile, evaluó el parecido de los retratos con respecto a las imágenes originales mediante una escala Likert.
 Resultados: los datos obtenidos sugieren que no existe correlación directa entre las variables consideradas, lo cual implica que los cambios en el entorno de realización de las entrevistas no tendrían un efecto significativo en la composición de los retratos.
 Conclusión: la ilusión de copresencia parece no ser imperativa para la creación de rapport entre el entrevistado y el artista forense.
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