Durante la época de postura se hicieron tres estudios en los que se evaluaron diferentes niveles de melaza de caña en dietas para gallinas, usando la intensidad de la postura y la conversión del alimento como criterios de evaluación. En estos estudios se evaluaron niveles de melaza hasta de un 20%, en los cuales no se observaron efectos detrimentales. Se discuten las implicaciones prácticas de limitar el uso de melaza a un nivel de 15% en la dieta para así evitar el "agalletamiento", o sea, la formación de una camada húmeda compacta que disminuye la capacidad de la camada para absorber excrementos, lo cual crea un problema de mal olor y un hervidero de insectos, sobre todo moscas. Hasta el nivel de 15%, la cantidad de melaza a usarse en una dieta para gallinas ponedoras lo determinará su costo al compararlo con el del maíz o un sustituto adecuado.
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