This article reviews subnational participatory policy making and considers the extent to which participation—which seeks to breach the divide between citizen preference and political behavior—can be seen as deliberative practice. The process examined, Tasmania Together, is Australia's most participatory subnational planning and policy instrument, and is unique in that country, as well for directly linking public preference to policy design. Deliberative theory frames the examination of Tasmania Together here because it is in part concerned with exploring and overcoming the failing representative mandate that has inspired many such local participatory experiments. The study explores the tensions between deliberative theory and participatory practice, to identify common themes and forge greater relevance between the two. It considers the legitimacy of the process, its quest for community consensus, its link to policy‐setting contexts, its high level of institutionalization, and the lessons that can be learnt from it, which may in turn inform deliberative theory.Este artículo examina el grado de participación sub‐nacional en el diseño de políticas y considera el grado en el que la participación—la cual busca superar las divisiones entre las preferencias ciudadanas y comportamiento político—puede ser vista como una práctica deliberativa. El ejemplo examinado, Tasmania Together, es el mayor instrumento político Australiano de planeación y de participación sub‐nacional, y es también único en dicho país al vincular directamente las preferencias del público con el diseño de políticas. La teoría deliberativa enmarca aquí el estudio de Tasmania Together porque está en parte preocupada con la exploración y la superación del mandato representativo cuyas deficiencias han inspirado muchos tipos de experimentos de participación locales. El estudio explora las tensiones entre la teoría deliberativa y la práctica en la participación, para identificar temas comunes y forjar una mayor relevancia entre ambas. El estudio considera la legitimidad del proceso participativo deliberativo, su búsqueda de consenso comunitario, su conexión con contextos de definición de políticas, su alto nivel de institucionalización y las lecciones que puedan ser aprendidas en dicho proceso que podrían a su vez informar a la teoría deliberativa.