¿Estará la Universidad preparada y cumpliendo el papel que la sociedad actual necesita?”; pero, ¿es que acaso no somos parte real tanto los docentes como administrativos, de la misma Universidad, o es que no somos la parte que da vida a la estructura, al equipo y en sí a la organización?Nuestro recordado profesor Isaac Felipe Azofeifa (1991), menciona la frase “salvar al ser del hombre y su cultura es el reto universitario para el siglo XXI”, en referencia a los variados peligrosante los cuales sucumbe el hombre, como el caso de la civilización electrónica, la ingeniería genética, la computación; el mundo tan acelerado, etc. Posiblemente este autor evocaba con supensamiento el peligro tan mencionado, “shock del futuro”, yquería asimismo despertar nuestra conciencia de verdaderos educadores, cuando afirmaba que “Educar es humanizar”.Hoy, es posible que nos dejemos llevar por la corriente de la utilización de los diversos medios audiovisuales, al tratar de ilustrar y adornar nuestras sesiones de clase, pero olvidándonos de laparte esencial del contacto humano.Posiblemente resulte correcto el pensamiento del ilustre universitario, Don Rodrigo Facio, quien afirmaba que la Universidad nodebía crecer más allá de diez mil estudiantes, porque perderíamos el humanismo, la atención y formación personal.Los llamados profesores o académicos, que más bien debiéramosser los “facilitadores” del proceso educativo, debemos hacer conciencia de la gran tarea y responsabilidad que tenemos en nuestras manos. La profesora Alicia Sequeira R. (1995), de la Escuela de Formación Docente, menciona en su escrito “Retos de laPedagogía Universitaria”, una lista de aspectos que consideromuy acertados sobre el estado actual de la Universidad. Entreellos: el ambiente de desconfianza, la incertidumbre, el poco entusiasmo, el individualismo, la falta de compromiso y la escasaproducción científica.Sin duda, toda una realidad que debemos corregir a tiempo y nodejarla pasar como dejamos pasar las malas administraciones deunidades académicas, y otras organizaciones universitarias, porno complicarnos, por no manifestar nuestro pensamiento y nuestras ideas, pues al final, acabamos con frustraciones, desmotivación, con la teoría del “dejar hacer, dejar pasar”; y lo cual nos lleva definitivamente al incumplimiento de nuestra labor como docente o administrativo, a no aportar eficientemente en la formación de los futuros profesionales.El futuro es incierto para todos y mucho más para la Universidad;lo que sembramos, cosecharemos; en el futuro veremos los frutosde nuestro trabajo al observar el desempeño de los profesionalesen las distintas actividades de la vida nacional.
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