El propósito del presente trabajo es reflexionar acerca del papel que juega el desarrollo rural en el éxito del sistema alimentario nacional, bajo el enfoque del nuevo paradigma de la sustentabilidad. La metodología utilizada ha sido de carácter documental, realizándose una revisión bibliográfica con análisis detallado de la información. Se inicia el documento haciendo una breve referencia histórica del origen del término desarrollo rural, siendo el desarrollo comunitario su concepción inicial, se reflexiona sobre la necesidad de prestar atención al desarrollo rural sostenible. Se realiza una descripción de las bases legales constitucionales que deben velar por la seguridad agroalimentaria nacional, sus características actuales y algunos ejemplos concretos que reflejan la realidad nacional. Así mismo se precisa la participación activa de la familia rural, específicamente la mujer, como figura determinante en los procesos de desarrollo rural con alta sensibilidad hacia el acontecer diario y las posibles soluciones a emprender. Igualmente, se enfatiza como la actuación de los líderes comunitarios hacen que la cogestión comunidad – instituciones sea un hecho tangible para la toma de decisiones con respecto a los problemas observados. Por otra parte, se alerta sobre la importancia de fijar los indicadores de medición para hacer un buen seguimiento y evaluación a los programas de desarrollo y cómo este proceso evaluativo puede hacer posible mas programas de desarrollo y una evaluación objetiva de los impactos obtenidos. Finalmente, se hace un breve análisis estratégico de la situación agroalimentaria Venezolana, donde se muestran las excelentes fortalezas y oportunidades que se tienen en el país, pero también las grandes debilidades y amenazas que tienen como efecto hoy día por una crisis de seguridad y soberanía agroalimentaria. En conclusión: los problemas del mundo rural no pueden ser abordados y resolverse aisladamente; se requiere de una nueva cultura rural para lograr el desarrollo rural sostenible; las leyes deben ser facilitadoras del desarrollo y no unas “camisas de fuerza” que no representen el sentimiento y voluntad de los ciudadanos; la nueva ruralidad señala la importancia del empoderamiento de los actores del desarrollo, haciendo énfasis especial en la mujer y los líderes comunitarios; la fijación de indicadores de medición para el seguimiento y evaluación en los programas de desarrollo se convierten en la piedra fundacional; la visión emergente del desarrollo rural en Venezuela, está circunscrito a propiciar la sustentabilidad de los sistemas de producción, con fines de garantizar la seguridad agroalimentaria; El contexto macroeconómico, institucional y el marco de políticas agroalimentarias actual no es el más favorable para el crecimiento sostenido de la producción agroalimentaria nacional. Como reflexión final se señala la importancia de la cooperación entre lo público y lo privado, respetando la normativa legal vigente y permitiendo la participación ciudadana en el diseño de las políticas del desarrollo. Es necesario cotejar la iniciativa privada con un modelo productivo social-económico y ecológico orientado al mercado, con rubros realmente competitivos y con un Estado facilitador de procesos no interventor, ni restrictivo.