Abstract

La utilización de la denominación “Escuela de Salamanca” en referencia a los aspectos económicos es confusa y problemática, porque no hay argumentos convincentes para sostener que fuera una auténtica escuela de pensamiento económico (tal como la definen Schumpeter y Stigler). Sin embargo, desde Larraz y Grice-Hutchinson, los historiadores del pensamiento económico han utilizado habitualmente dicha denominación por su poder como “marca comercial” para la divulgación, y también para hacer referencia de forma breve y sencilla a las notables aportaciones analíticas de un conjunto de doctores escolásticos españoles. De hecho, las monografías de los historiadores se han concentrado sobre todo en analizar las contribuciones de estos escolásticos (teoría monetaria, derechos de propiedad, etc.), más que en discutir los criterios que podrían definirles como una escuela en asuntos económicos.

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