Abstract
En este trabajo vamos a analizar el acta notarial (1747) existente en la Real Academia de la Historia, donde se dibuja y da fe de la inscripción medieval que por entonces se encontraba en la muralla de Alburquerque, veremos el motivo de su realización y compararemos su contenido con lo que se conocía hasta entonces de esta inscripción y las relacionadas con ella, hechas por los mismos protagonistas y en los mismos años (principios del siglo XIV), así como los estudios actuales de la misma.
Highlights
Ediciones recientes y estudio de los problemas de lecturaComo parte de los trabajos realizados dentro de diversos proyectos de investigación en curso donde intervienen los miembros del Grupo de investigación NUMISDOC, de la Universidad Complutense de Madrid, como son los del Corpus Inscriptionum Hispaniae Mediaevalium[3], y el de recogida de documentación sobre el patrimonio epigráfico documental de la Comunidad de Madrid[4]; uno de los cuales es la revisión historiográfica de las diferentes ediciones de las inscripciones medievales realizadas por estudiosos de la época medieval y moderna, nos encontramos en la Colección Diplomática de España, conservada en la Real Academia de la Historia, un acta notarial totalmente extraordinaria, que nos informaba de una inscripción localizada en las murallas de la villa de Alburquerque y que en este trabajo analizaremos por su extraordinario interés como un documento único en cuanto a sus aspectos formales y de contenido[5]
The aim of this paper is to analyze an “acta notarial” (1747) found at the Real Academia de la Historia, that contains the transcription of a medieval inscription and proves its contents
Dos inscripciones portuguesas en España y un problema epigráfico
Summary
Brás de Alburquerque habla del “mestre pedreiro” y Argote del maestro cantero, y todos los que posteriormente hablan de esta inscripción en los siglos XVII al XIX mantienen esta interpretación, sin identificar la UE que aparece antes de la abreviatura de Maestre (ME). La lectura sigue siendo para nosotros compleja y no nos termina de gustar ninguna de las realizadas, la abreviatura sobre la O inicial de la segunda línea pudiera avalar más la tradicional lectura de pedreiro que la de Pedro, con lo cual tal vez deberíamos leer: EU PEDR(eir)O V(icent)e M(estr)e DE ESTE CASTELLO F(iz), es decir con cierta literalidad, “Yo, el cantero Vicente, maestre de este castillo, lo hice”[42], aunque creemos que se debe seguir investigando sobre este tema, siendo esta lectura la que aparece en el acta notarial de 1747, salvo la F final, que como hemos indicado no aparece en ninguna transcripción posterior.
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