Abstract

Parto de una experiencia vivida, mi participación en la marcha de las madres mexicanas de mayo del 2019, Ciudad de México, registrando imagen y sonido para un futuro documental. A lo largo de la manifestación, grabo imágenes y sonidos de cánticos y testimonios de los familiares, hasta que los gritos llaman mi atención. A partir de esta situación, mi experiencia acusmática se organiza en torno a un campo semántico relacionado al padecimiento, la rabia y la desesperación, y al sentir de estos conceptos; el del padecimiento, cuyo origen se encuentra en “una amenaza de vida” (Quezada Figueroa 12) y la rabia, que aquí la pienso como una respuesta emotiva a la causa del padecimiento. Esto me lleva a asociar un sentir de cuerpos que resisten y una escucha situada y performativa junto a un pensar situado en el marco del “giro sónico” (Ochoa Gautier), el cual postula que una sociedad adquiere conocimiento no solo a través de la escritura, sino también a través del sonido. El grito adquiere especial atención al ser interpretado desde la Filosofía de la Liberación que propone pensar desde la escucha, en contraste con la tradición occidental que asoció la visión con el mundo inteligible y teorético. Por esta razón, propongo que el conocimiento que construimos desde la escucha nace liberado si es producto de un nuevo reparto de lo sensible y como resultado de una práctica metodológica liberadora. Inscribo el estudio del grito como una forma del desprendimiento decolonial y enmarcado en la reconstitución epistémica (Mignolo). [“Feeling Shouting: Situated Listening in the Mexican Mothers Protest”: The initial basis for this article is an experience in my life, the day I attended the Mexican Mothers March to record image and sound for a documentary in May 2019, in the City of Mexico. Throughout the event, I recorded chants and testimonies of the families involved, until the moment there was an outcry that got my attention. In this context, my acousmatic experience was organized around a semantic field related to grief, rage and desperation, and the act of feeling these concepts: grief, caused by an ‘existential threat’ (Quezada Figueroa 12) and rage, which in this case is considered as an emotional response to the cause of grief. This led me to link both how bodies that resist feel and a situated and performative listening process along with a situated thought process set around ‘sonic turns’ (Ochoa Gautier), which states that a society develops knowledge not only through written form, but also through sound. An outcry gains special attention when it is approached from the perspective of the Philosophy of Liberation, which proposes the act of thinking performed from a listening process, as opposed to western tradition, which instead associated vision with the intelligible and theoretical world. For this reason, I propose that the knowledge we develop through listening processes is liberated from the beginning if it originates in a new distribution of the sensible and as a result of a liberating methodological practice. The study of the outcry is enlisted as a form of decolonial detachment and set within epistemic reconstitution (Mignolo).]

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