Abstract
La misoginia en red ha propiciado que el activismo feminista en España se haya visto obligado a competir por el espacio discursivo en redes sociales. La disputa por el lugar de la víctima de violencia de género en la Red conlleva la pugna por el testimonio de la violencia que, a su vez, se polariza a través del dispositivo discursivo de la posverdad. A partir de la operacionalización del testimonio ético (Oliver, 2001, 2004) proponemos un marco analítico que nos permita indagar en la construcción discursiva de los hashtags #YoSiTeCreo y #YoNoTeCreo que surgieron como respuesta al juicio y a la sentencia del caso considerado como abuso sexual por parte de La Manada. Considerando los dos espacios discursivos generados mediante los dos hashtags, a partir del marco analítico propuesto se podría sostener que el discurso que surge a partir de #YoSiTeCreo consigue activar una respuesta política creando comunidades afectivas feministas de resistencia mediadas digitalmente por el “hashtag feminism” (Khoja-Moolji, 2015). Mientras que #YoNoTeCreo actúa a modo de “victimización agenciadora” (Banet-Weiser, en prensa) que hace pasar por luchas colectivas las demandas individuales con el apoyo de la visibilidad, los afectos y la espectacularización.
Highlights
[en] Post-truth and victimization in Twitter in the case of The Wolfpack: a proposal of an analytical framework following the ethical witnessing
Online misogyny has caused feminist activism in Spain to compete for discursive space on social media
The dispute over virtual space for the victims of gender-based violence entails a struggle for testifying against such violence, which is, in turn, polarized by the rhetoric of post-truth
Summary
El activismo feminista en España se ha visto abocado a competir por el espacio discursivo en redes sociales provocado por la misoginia en red. La disputa por el lugar y por la identidad de la víctima de violencia de género en la Red conlleva a su vez la pugna por el testimonio de esa violencia y por las tecnologías digitales que lo hacen posible. El dispositivo discursivo de la posverdad está contribuyendo a polarizar un determinado discurso de verdad acerca de quién y cómo se construye en víctima en las redes sociales (Núñez Puente y Gámez Fuentes, 2017). Los procesos de desafío de los marcos hegemónicos que hacen inteligible la violencia de género se vinculan cada vez con mayor frecuencia e intensidad a las prácticas digitales feministas que, a su vez, están siendo contestadas por el discurso posmachista (García Favaro y Gill, 2016; Núñez Puente y Gámez Fuentes, 2017). Se beneficia de la espectacularización de un discurso fetichizado que circula por las redes sociales (Dean, 2005) para dar apariencia de verdad
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