Abstract

En un momento en el que la credibilidad y el apoyo ciudadano a las organizaciones internacionales se resiente, es necesario que estas inviertan sus esfuerzos en comunicar la importancia que tienen en la vida de los ciudadanos y los logros que sus acciones representan a nivel nacional e internacional. Ejemplos de este desapego ciudadano son el auge o incluso la victoria de partidos y candidaturas que ponen en tela de juicio la utilidad y el sentido de organizaciones como la ONU o la Unión Europea. Trump, el brexit o el hecho de que Marine Le Pen pasara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia evidencian un entorno hostil para el multilateralismo.La comunicación ha de constituir un elemento clave para lograr el objetivo de mostrar la utilidad y la necesidad de las organizaciones internacionales. Se analizarán, por tanto, las estrategias comunicativas actuales tanto de la ONU como de la UE para señalar aspectos positivos y aspectos mejorables de dichas estrategias.El objetivo de este estudio es profundizar en la visión constructivista de las organizaciones internacionales, donde la gestión de los intangibles resulta clave para cambiar normas al servicio del bien común. Para ello, resulta imprescindible acudir al poder blando, que tiene como una de las herramientas fundamentales la comunicación. Hoy en día hay mecanismos que posibilitan la interacción directa con los ciudadanos, por lo que una buena inversión en este sentido puede generar resultados muy positivos que devuelvan la credibilidad a las instituciones internacionales.

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