Abstract

Si bien el establecimiento de relaciones diplomáticas —a nivel de embajadas— se dio en 1969, las relaciones bilaterales ruso-peruanas se remontaban aproximadamente un siglo atrás. Reticente a reconocer, en sus inicios, la independencia de los países de la otrora América española, el Imperio ruso experimentó, bajo el reinado del zar Alejandro II, un cambio en su política exterior respecto a las jóvenes naciones sudamericanas.

Highlights

  • Rusia y el colapso del Imperio español en AméricaEl 17 de marzo de 1825, el vicecónsul ruso en Río de Janeiro, Peter A.

  • De esta forma, el Imperio ruso tomaba conocimiento de la derrota final de las tropas realistas frente al ejército emancipador de Bolívar, evento que implicó el colapso del dominio español en América del Sur y permitió la consolidación de la independencia del Perú, proclamada alrededor de tres años antes por el general San Martín luego de su entrada en la ciudad de Lima, capital virreinal[4].

  • La revuelta decembrista que siguió a la inauguración de Nicolás habría confirmado el rechazo del nuevo zar hacia los insurgentes coloniales, los cuales, por su ejemplo revolucionario, habían inspirado a algunos de los conspiradores rusos, pero fracasó en inclinarlo hacia una política intervencionista en favor de las coronas ibéricas.

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Summary

Rusia y el colapso del Imperio español en América

El 17 de marzo de 1825, el vicecónsul ruso en Río de Janeiro, Peter A. De esta forma, el Imperio ruso tomaba conocimiento de la derrota final de las tropas realistas frente al ejército emancipador de Bolívar, evento que implicó el colapso del dominio español en América del Sur y permitió la consolidación de la independencia del Perú, proclamada alrededor de tres años antes por el general San Martín luego de su entrada en la ciudad de Lima, capital virreinal[4]. La revuelta decembrista que siguió a la inauguración de Nicolás habría confirmado el rechazo del nuevo zar hacia los insurgentes coloniales, los cuales, por su ejemplo revolucionario, habían inspirado a algunos de los conspiradores rusos, pero fracasó en inclinarlo hacia una política intervencionista en favor de las coronas ibéricas. Fueron las revoluciones de 1848, que provocaron la caída de Metternich y el retorno de la República en Francia, las que determinaron una mayor radicalización en la política exterior zarista frente a la expansión del liberalismo en Europa[12]

El zar Alejandro II y las repúblicas de América del Sur
Referencias bibliográficas
Legacion del Perú
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