Abstract
IntroducciónMuchos pacientes perciben síntomas persistentes y deterioro en su calidad de vida tras la COVID-19. El paciente crítico es vulnerable a presentar alteraciones físicas y emocionales. El objetivo de este estudio fue valorar la situación funcional y la calidad de vida del paciente poscrítico por la COVID-19.MétodosSe ha realizado un estudio multicéntrico longitudinal prospectivo en pacientes hospitalizados críticos por la COVID-19 con un seguimiento a 6 meses. Se han recogido variables sociodemográficas, comorbilidad, síntomas persistentes, escala SPPB; repercusión respiratoria y TAC pulmonar, índice de Barthel; variables neuropsicológicas, actividad física (escala IPAQ); calidad de vida (EuroQoL), y satisfacción.ResultadosSe han incluido 115 pacientes. El 75% son varones y el 86% obesos o con sobrepeso. El tiempo medio de hospitalización fue de 38,1 ± 18,4 días, precisando ventilación mecánica el 80,9%. El 25% necesitaba ayuda de otra persona para su autocuidado al alta. El 29,2% presentaba normalidad en la TAC pulmonar a los 134,1 + 70,9 días. A los 6 meses la recuperación funcional fue favorable, aunque el 36,5% percibía debilidad muscular y el 22% presentaba fragilidad. Un 36,5% de los pacientes refirieron falta de concentración. La dimensión más afectada en la calidad de vida fue la referida al dolor (53%), seguida de la ansiedad o depresión. La mayoría realizaba actividad física baja. La satisfacción por el seguimiento clínico fue elevada.ConclusionesEn los pacientes poscríticos por la COVID-19, a los 6 meses del alta hospitalaria prevalecen alteraciones físicas, funcionales y en la calidad de vida.
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