Abstract

En el “Prólogo” a la segunda edición de la Crítica de la Razón Pura, Kant afirma: “Debí, por tanto, suprimir el saber, para obtener lugar para la fe”. (Bxxx) En el presente trabajo tomaré como punto de partida este famoso pasaje para mostrar por qué Kant rechaza cualquier concepción metafísica del ateísmo, al mismo tiempo que desplaza la discusión del plano metafísico al psicológico. De igual forma señalaré que, aunque este desplazamiento esté aparentemente justificado por la razón práctica, la apuesta kantiana por una especie de teísmo psicológico-práctico encierra diversos problemas para su sistema filosófico.

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