Abstract

La pandemia de la COVID-19 tuvo un impacto negativo en la industria de la aviación comercial, con una notable reducción del tráfico aéreo. Se proyectó que, hacia finales de 2023, el tráfico aéreo experimentaría un incremento anual del 4,4%, lo cual llevó a un aumento en la contaminación sonora, implicando riesgos para la salud humana. En Colombia, la Aeronáutica Civil regula los niveles de ruido de las aeronaves y establece normativas para su reducción. Utilizando tecnología avanzada, se recolectaron datos sobre el tráfico aéreo en Bogotá mediante una antena ADS-B. El logro más significativo del estudio fue la identificación precisa de las zonas de mayor riesgo de contaminación sonora, con base en datos ya existentes: Suba, Engativá, Usaquén, Fontibón, Teusaquillo, Puente Aranda, Kennedy, Bosa y Barrios Unidos, debido a su proximidad a las rutas aéreas y al Aeropuerto Internacional El Dorado, información que permitió crear mapas de calor fundamentales para planificar estrategias de mitigación adecuadas. Se concluye principalmente que la expansión acelerada del tráfico aéreo incrementará notablemente los niveles de ruido, afectando las áreas cercanas al aeropuerto. Se recomienda revisar y ajustar las regulaciones y políticas de tráfico aéreo para minimizar el impacto en el futuro.

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