Abstract
Las definiciones y descripciones de los mecanismos para distinguir a los niños como <em>«privilegiados» </em>y augurarles un futuro promisorio, para el peronismo marchan unidas a dos cuestiones clave: 1) el enunciado de los medios para lograr una niñez sin carencias y 2) la valoración política que de ella se hace a partir de un discurso y de un mensaje que se alimenta del contraste entre la <em>«Nueva Argentina»</em> y la Argentina oligárquica. Estos temas —junto con el significado sociopolítico del trabajo y la educación— forman parte del objetivo propuesto en este estudio para hacer un balance del significado de aquella frase difundida en la Argentina de Perón, que señalaba con énfasis que <em>«los únicos privilegiados son los niños»</em>. ¿A qué hacía referencia la consigna?, ¿en qué consistían esos <em>«privilegios»</em>?, ¿qué lugar ocupan los textos dedicados a la recreación y la educación infantil de entonces, como los libros de la <em>Biblioteca Infantil «General Perón»</em> editados en 1948, que aquí se analizan?, ¿cómo son los espacios de socialización, educación y recreación para niños?, en el escenario del gobierno nacionalista y popular de Juan Domingo Perón.
Highlights
In the Peronist discourse, to distinguish children as «privileged» and to construct a promissory future for them refers to two key subjects
It alludes to the definition of the means to guarantee a childhood without shortages. It includes one political assessment of infancy detailing the contrasts between the «New Argentina» ruled by Juan Perón and its oligarchic past
This historical study evaluates these definitions of childhood and the socio-political meaning of work and education in the popular and nationalist Perón’s government
Summary
El antídoto para contrarrestar la pobreza —conforme a los postulados de la doctrina peronista arraigados también en las ideas derivadas de la posguerra— es la «justicia social», que el Estado concreta asegurando el trabajo, la salud pública, la educación, la previsión y la asistencia social. Es en 1952, cuando el gobierno peronista reseña las cifras invertidas en el marco del Primer Plan Quinquenal, con prioridad social: $ 960.000.000 dedicados a vivienda, $ 1.250.000.000 a educación, $ 500.000.000 a salud pública, $ 2.300.000.000 a transportes y $ 1.150.000.000 invertidos en vialidad.[42] Rescata, en forma especial, «la acción que por las familias humildes de nuestro pueblo» desarrolla la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, apelando a los réditos derivados de la solidaridad popular y de la unidad nacional, mientras revaloriza los beneficios de contar con fuerzas de trabajo organizadas y con las ventajas de la economía social.
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