Abstract

<p>La relación entre los gobiernos de izquierda sudamericanos y los grandes grupos mediáticos nacionales a principios del siglo XXI se caracterizó por un enfrentamiento público. A diferencia de lo que sucedió en otros países, en Uruguay los gobiernos del Frente Amplio —de Tabaré Vázquez (2005-2010) y José Mujica (2010-2015)— lograron negociar —con los actores mediáticos establecidos— las escenas mediáticas, de maneras que les resultaron beneficiosas. Y lo lograron sin necesidad de modificar las reglas del juego, en tanto que los actores mediáticos más preponderantes buscaron congraciarse con sus gobiernos.</p><p> </p><p> Este artículo sostiene que un factor clave para explicar ese vínculo, y la diferencia con otros países, radica en el sistema mediático nacional uruguayo, lo que permite demostrar que, a escala relativa, el poder de los gobiernos es mayor para definir las escenas mediáticas. Para demostrarlo, sugerimos un modelo propio, con el fin de caracterizar la historia de los sistemas mediáticos nacionales de América Latina, en este caso, aplicado a Uruguay a través de dos dimensiones centrales: la estructuración del campo político —a partir del peso relativo del Estado sobre el campo mediático y de la centralidad de la mediación partidaria—, y la estructuración del campo mediático —a partir de la estructuración de las principales empresas de medios y de las culturas periodísticas.</p>

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