Abstract

En las primeras etapas educativas el empleo del patrimonio, la imagen y los objetos en el aula, desde una estrategia dialógica, estimula la curiosidad y facilita abordar cuestiones relacionadas con la identidad, la diversidad cultural, la percepción de los cambios o las continuidades y la argumentación de las causas y consecuencias. Estas nociones son indispensables para que la infancia interprete sus experiencias, comprenda la vida cotidiana y desarrolle habilidades de pensamiento y explicación histórica, ya que el presente es fruto del pasado y se proyecta en el futuro. Presentamos una experiencia implementada en un aula de educación infantil de Pamplona con niños y niñas de 5 años, que utiliza la didáctica del objeto y la simulación del método arqueológico para desarrollar competencias históricas. Los resultados demuestran que el alumnado desarrolla habilidades de pensamiento para observar, describir, hacer preguntas relevantes, realizar hipótesis, comparar semejanzas y diferencias entre pasado y presente o deducir a partir de las pruebas. Además, se acerca al patrimonio de forma crítica, desde lo próximo e individual hacia lo lejano y social y desarrolla la capacidad narrativa y la empatía histórica para construir relatos y explicaciones multicausales, críticas, creativas y contextualizadas, que le permiten adquirir la conciencia histórica.

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