Abstract

La Economía de la Conducta Sostenible puede realizar una gran labor en favor de la sostenibilidad actuando sobre los individuos y las empresas. No obstante, si bien un alto porcentaje de la población mundial considera el cambio global como un reto muy importante, esa preocupación no tiene un reflejo tan contundente en las actuaciones diarias. Existe un desfase entre lo que creemos que se debería hacer y lo que realmente hacemos en términos de sostenibilidad. Las cinco principales causas que, a mi juicio, limitan nuestras actuaciones en favor de la sostenibilidad son: la aversión a la pérdida; el sesgo al presente; y los efectos rebote, confesionario y NIMBY. El artículo se centra en este último.
 El efecto NIMBY consiste en apoyar una determinada acción siempre y cuando disfrutemos de sus efectos positivos pero sus costes o efectos negativos no nos afecten. En el artículo se incluyen varios casos de este efecto, desde el "pony de Von der Leyen" a la Ley de Restauración de la Naturaleza y la Directiva sobre Energías Renovables de la UE, pasando por el Proyecto 30X30. Además, se analizan las consecuencias de este efecto sobre el mundo rural. 
 Como principal conclusión se puede destacar que las sociedades urbanas desarrolladas occidentales nos guiamos por la hipocresía medioambiental: queremos ser verdes, emplear energías menos contaminantes, tener espacios protegidos o recuperar parte de la naturaleza y las especies animales que una vez poblaron España y Europa. En definitiva, queremos los beneficios de vivir en un mundo más sostenible. Pero no estamos dispuestos a asumir sus costes. Esos se los trasladamos a los países menos desarrollados o al medio rural. 

Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call