Abstract
Es probable que ninguna época haya llevado la misoginia a un nivel más alto que el que se manifestó en el marco de la “cultura tridentina”. En ese período, el disciplinamiento femenino sería una cuestión de central importancia tanto para las autoridades religiosas como para las laicas, por lo que, cualquier desviación de las tareas femeninas (monja-hija-esposa-madre) de alguna manera consideradas “canónicas” podían ser severamente castigadas. Indudablemente, dentro de las profesiones más viles para una mujer se encontraba la de las actrices, que, en la mayoría de los casos, debían esconder su propio nombre para que la condena social no llegase a sus propias familias. A diferencia de muchas otras mujeres de su tiempo, Isabella Canali Andreini (Padua, 1562 – Lyon, 1604), desarrollando su arte en la escena y en las letras, pudo defender a ultranza su buen nombre, el que seguiría usando sin pseudónimo hasta su muerte. En el contexto cultural propio de las múltiples academias italianas de la segunda mitad del siglo XVI, Isabella lograría, además, construir una verdadera red de mecenazgo que la ayudaría no sólo a escapar de las persecusiones propias de su profesión, sino también a defender su deseo de dejar memoria de sí por medio de la escritura. El objetivo de nuestro trabajo será, pues, intentar reconstruir el recorrido realizado por Isabella en la construcción de la antedicha red y algunos de los resultados por ella obtenidos como académica.
Highlights
It is probable that no other time in History has brought misogyny to a higher level than that which manifested itself in the so called Tridentine culture
Unlike many other women of her time, Isabella Canali Andreini (Padua, 1562 - Lyon, 1604), was able to perform both on the stage and as a writer using her real name until her death
In the cultural context of the many Italian academies of the second half of the sixteenth century, Isabella could build a true patronage network that would help her escape the persecutions of those times, and to uphold her desire to leave her own legacy by means of writing
Summary
It is probable that no other time in History has brought misogyny to a higher level than that which manifested itself in the so called Tridentine culture.
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