Abstract
Las comedias de contenido político de Antonio Enríquez Gómez reflejan, a través de sus cuatro temas recurrentes (la dicotomía ley-poder, la razón de Estado, la aplicación de la ley desde el punto de vista político y el perdón), las líneas maestras del naciente Leviatán o Estado moderno. Aunque la relación patriarcal entre el Rey y sus súbditos está anclada en presupuestos iusnaturalistas, el amor debe supeditarse a la eficacia en el ejercicio del poder. Y si unas veces los personajes dudan entre el racionalismo aristotélico-tomista y la razón de Estado maquiavélico- hobbesiana, en otras ocasiones oponen la fuerza, el riesgo y la voluntad del «pueblo» a la «razón» divina de la ley. En el contexto de la crisis de la Monarquía Hispánica, las críticas de Enríquez Gómez no se limitan a los representantes y funcionarios del Estado, sino que abarcan a la Iglesia y al Tercer Estado.
Highlights
Ley y PoderLas comedias de contenido político de Antonio Enríquez Gómez giran en torno a cuatro temas fundamentales[3]: la dicotomía ley-poder, la Razón de Estado, la aplicación de la ley en el Gobierno y los tribunales, y el Perdón
MANUEL CALDERÓN CALDERÓN istic rationalism and Machiavellian-Hobbesian reason of state and, on other occasions, they oppose the people’s strength, risk and will to the divine reason of Law
Las comedias de contenido político de Antonio Enríquez Gómez giran en torno a cuatro temas fundamentales[3]: la dicotomía ley-poder, la Razón de Estado, la aplicación de la ley en el Gobierno y los tribunales, y el Perdón
Summary
Las comedias de contenido político de Antonio Enríquez Gómez giran en torno a cuatro temas fundamentales[3]: la dicotomía ley-poder, la Razón de Estado, la aplicación de la ley en el Gobierno y los tribunales, y el Perdón. Idea que reitera Espinosa, citando a Tácito; por eso, «las causas y los fundamentos naturales del Estado no habrá que extraerlos de las enseñanzas de la razón, sino de la naturaleza o condición común de los hombres» (1986: I, 2 y 7). Lo que está en juego no es tanto «la supresión de las tinieblas por la luz de la adequatio rei et intellectus» como la superación del miedo y la esperanza (es decir, la sumisión) para no depender más que de nosotros mismos, pues en eso consiste la libertad frente al libre arbitrio[17]. Repárese en que «el rey más perfecto» condena la doctrina albigense y manda ejecutar a los herejes no por razones religiosas, sino políticas, como explica el propio Enríquez Gómez en el diálogo segundo de su Política angé-. Y añade: «todo lo relacionado con la defensa del Estado se permite por una buena razón [de Estado], en la misma medida que la guerra no debe ser por razones religiosas o de pureza de la fe»
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