Abstract

Los teléfonos móviles inteligentes o smartphones pueden ser una fuente de gran disrupción en las salas de clases, ya que tienen el potencial de reducir la atención que los estudiantes prestan a sus profesores y, por lo tanto, pueden ser perjudiciales para el aprendizaje. Diversas investigaciones conducidas en Estados Unidos y el Reino Unido parecen confirmar que existe una asociación entre el uso del smartphone y el rendimiento académico de los escolares, aunque otros aseguran que el tamaño del efecto es pequeño y que habría que indagar más en las características personales de los usuarios. Para determinar si existe una relación entre el rendimiento académico de los escolares chilenos de 10 a 18 años y el uso del teléfono inteligente, se aplicó un enfoque cualitativo-cuantitativo a través de focus groups y encuestas cara a cara. Se observó que había tres variables significativas: edad a la que se recibió el primer celular, intensidad de uso diario del teléfono celular y grupo socioeconómico. No resultaron significativas ni el género ni el uso del teléfono inteligente dentro de la sala de clases. Los datos obtenidos con nuestras encuestas parecen confirmar que hay una relación entre la cantidad de horas que pasa un niño o joven con el teléfono y su promedio de notas, así como entre la edad en que los niños empiezan a usar el teléfono inteligente y su promedio de notas. En consecuencia, se puede afirmar que a mayor tiempo de uso del teléfono inteligente, peor rendimiento académico.

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