La importancia de los valores epistémicos en la adopción ya sea de la postura realista o de la anti-realista (o empirista) en el ámbito de la filosofía de la ciencia se ilustra con tres debates. Los debates en cuestión son: i) aquel sobre si debemos buscar explicar o no la extraordinariamente baja entropía del universo temprano, ii) el debate sobre si las regularidades nómicas empíricas requieren o no de explicación vía leyes de la naturaleza y iii) el debate entre Clarke y Leibniz sobre la naturaleza del espacio físico. En estos debates los realistas en general priorizan la búsqueda de explicaciones causales y por ende buscan minimizar el número de hechos brutos, mientras que los anti realistas priorizan minimizar el número de entidades científicas inobservables; en tanto que este desacuerdo parece ser irresoluble sin recurrir a la petición de principio, o a la estipulación en favor de una o la otra de estas metas, entonces isostenia, es decir los argumentos en favor de ambas posturas parecen estar equilibrados, parecen ser igualmente convincentes y de esto se sigue la consecuente suspensión del juicio sobre cuál de estas posturas es la objetivamente correcta, así como un voluntarismo epistémico con relación a cuál de estas posturas adoptar.