Las ciudades existen en un mundo de ciudades y estoregularmente invita a un gesto comparativo en la teorizaciónurbana. Sin embargo, desde hace algunas décadas los estudios urbanos han dividido analíticamente el mundo de las ciudades, por ejemplo, en ricas y pobres, capitalistas y socialistas, o en diferentes grupos regionales de ciudades, con poca investigación comparativa entre estas divisiones. El interés en realizar comparaciones entre diferentes ciudades se ha incrementado en la era de la “globalización”, en el ámbito de las actividades económicas y sociales, así como en las estructuras de gobierno que vinculan las ciudades con los flujos espacialmente extensivos de varios tipos y las redes intensas de comunicación. Sin embargo, los estudiosos de los temas urbanos han sido relativamente reacios a practicar el potencial de la investigación comparativa internacional, que se sitúa en el corazón de este campo. Cuando el interés en la globalización ha impulsado a los autores a explicitar ejercicios comparativos, tanto los recursos metodológicos como el prevaleciente paisaje intelectual y teórico han tendido a limitar e incluso a socavar estas iniciativas. Este artículo pretende, en primer lugar, entender por qué, en un campo intrínsecamente comparativo y con una urgente necesidad contemporánea de pensar mediante diferentes experiencias urbanas, ha habido poca investigación comparativa, especialmente las comparaciones que se extienden en la división norte-sur global o en contextos entre ciudades ricas y pobres. En segundo lugar, por medio de una revisión de las estrategias existentes para la comparación de ciudades, el artículo considera el potencial de las metodologías comparativas para superar sus limitaciones y para satisfacer las crecientes demandas de los estudios urbanos internacionales, y propiamente los estudios urbanos poscoloniales. Finalmente, se propone una nueva fase de investigación urbana comparativa, que es experimental, pero con bases rigurosamente teóricas.
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