El desarrollo de la prensa impone que las retóricas del ámbito hispánico, que se multiplican en el siglo XIX destinadas a la educación secundaria pero que constituyen también obras de consulta para la elaboración de discursos públicos orales y escritos, incluyan el tratamiento de los géneros periodísticos. Inicialmente se los integra a la elocuencia política, la prosa didáctica o los textos históricos, ya que no se los puede apreciar en su especificidad, y esta perspectiva se continúa en numerosos tratados posteriores producidos, incluso, a comienzos del siglo XX. Sin embargo, a mediados del XIX, Vicente Fidel López avanza en la reflexión al abordar los tipos de publicaciones –diarios y revistas- y los rasgos de los géneros más destacados que por ellas circulan. Con posterioridad a su obra, diversos tratadistas, sensibles a la importancia adquirida por la prensa industrial y el desarrollo del periodismo de información, amplían el abanico de las secciones que registran y proponen caracterizaciones rápidas de algunas de ellas. En este artículo analizaré esas etapas atendiendo a las ideologías lingüísticas que movilizan, no solo las referidas a la función social de la prensa sino también a los géneros que incluyen en los tratados. Sostendré que el dispositivo normativo retórico, si bien ha servido para pensar la escritura periodística, constituye un obstáculo en la medida en que no considera la práctica efectiva de las redacciones y la importancia que adquiere la figura del lector. A estos aspectos atenderán, en cambio, los manuales de periodismo que se publican desde la última década del siglo XIX.
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