Se utilizaron dos modelos gaussianos latentes para medir los efectos de la pobreza sobre la distribución espacial de las tasas de migración municipal durante el período 2015-2020. Para ello, se estimó el saldo migratorio neto a partir de la diferencia entre el número de inmigrantes y emigrantes en áreas geográficas pequeñas, con el objetivo de comprobar la hipótesis de que las personas en situación de pobreza permanecen inmóviles. El saldo migratorio en municipios pobres es significativamente menor al observado en municipios no pobres. Los resultados muestran que un aumento de un punto porcentual en la pobreza municipal incrementaría 1.3 puntos la tasa de migración municipal, sugiriendo que municipios de zonas metropolitanas como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, cuyo acceso al empleo y/o a la vivienda es mayor, tienen tasas de inmigración más altas que el promedio nacional.
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