La pandemia por COVID-19 (SARS-CoV-2) supone un desafío considerable a los sistemas de salud y las predicciones epidemiológicas en el mundo. Se trata de una infección viral provocada por un agente ARN monocatenario positivo que presenta una envoltura lipídica en la que se encuentran embebidas proteínas con diversas funciones biológicas (proteínas S, M, E). El ARN viral codifica para la síntesis de una ARN polimerasa (RdRp) y dos proteasas (C3CLpro y PLpro). El virus causa daños a través de mecanismos directos (induciendo piroptosis en algunos tejidos) y, en parte como consecuencia de ellos, una serie de fenómenos inmunoinflamatorios indirectos con participación de diversas citoquinas y otras moléculas inmunomoduladoras, y respuestas celulares diversas. Como consecuencia, algunos pacientes experimentan una respuesta inflamatoria desregulada, que parece relacionarse con enfermedad severa y mortalidad. La presencia de diabetes (al menos, de diabetes mellitus tipo 2 -DM2-) parece asociarse con mayor riesgo de morbilidad severa y mortalidad. No está claro si las personas con diabetes se enfrentan a un mayor riesgo de infección, pero la presencia de DM2 se asocia a un incremento de riesgo relativo de desarrollo de enfermedad severa, admisión en unidades de cuidados intensivos y/o muerte que oscila, en diversos estudios, entre un 50% y un 250% (OR: 1.50 a 3.5).
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