Desde final de 2018, la nueva ola de movimientos climáticos a nivel internacional representa una nueva etapa en el activismo ecologista gracias también a la participación de actores locales que se pueden reagrupar bajo el paraguas de experiencias de activismo socioambiental de base. En el presente artículo presentaremos tres elementos que caracterizan este tipo de activismo y que consideramos determinantes en el desarrollo de estrategias frente a la crisis climática: la presencia de apegos al lugar local y global; la priorización de valores altruistas y biosféricos que se refleja en prácticas proambientales; y el carácter prefigurativo de estas prácticas. La propuesta se fundamenta en los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en los últimos dos años en que se han estudiado distintas experiencias de activismo socioambiental de base en la Ciudad de México, además de las recientes movilizaciones del movimiento climático mexicano a partir de marzo de 2019.
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