Durante los últimos 30 años, el manejo de la diabetes mellitus gestacional (DMG) ha evolucionado desde una condición “sin evidencia” de un ensayo controlado aleatorio (ECA) casi aleatorizado, basada en la experiencia clínica histórica, a una entidad clínica muy estudiada y discutida, con pautas variadas en todo el mundo. Si bien las pautas continúan convergiendo (basadas en ECA y estudios de cohortes sólidos), persisten las diferencias en los puntos de vista sobre las “mejores prácticas”.
 Los estudios Diabetes and Pregnancy Vitamin D and Lifestyle Intervention for Gestacional Diabetes Mellitus Prevention (DALI) ahora han proporcionado una idea de las razones por las cuales el paradigma existente (que la GDM comienza en gran medida a las 24-28 semanas) es seriamente defectuoso. De hecho, durante muchos años, los estudios demostraron que la DMG diagnosticada tempranamente en el embarazo se asocia con peores resultados que los embarazos con DMG que se desarrollan más tarde. Dicha DMG temprana, “reservada” o “prevalente” representa alrededor del 15-70% de todas las DMG1, y un nuevo debate es cómo debe llevarse a cabo su diagnóstico. Se requiere con urgencia nueva evidencia (por ejemplo, criterios de diagnóstico y umbrales de acción de la glucosa) para garantizar que este cambio de paradigma mejore los resultados del embarazo y minimice la carga sobre las mujeres afectadas.
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