Los sistemas alimentarios locales y los productos agroalimentarios de proximidad se definen por su enfoque en la sostenibilidad y la reducción de la distancia entre productores y consumidores finales, los cuales impulsan la demanda de alimentos frescos y de origen local. El desarrollo y fomento de tales sistemas se aprecia en instrumentos internacionales, como el Pacto de Milán de 2015, o en políticas a nivel de la UE como la PAC. Ciertamente la PAC, en sus versiones 2014/2020 y 2023/2027, ha impactado positivamente en la producción agroalimentaria local y en las cadenas cortas de distribución en España. También la legislación autonómica española, y como ejemplo la Ley de la Huerta Valenciana de 2018, protege las tierras agrícolas y promueve la producción agraria local y periurbana, luchando contra el abandono de fincas agrícolas y fomentando la función social de la propiedad del suelo rústico, en aras de la sostenibilidad del territorio rural.