Abstract

En este estudio se hicieron cinco evaluaciones respecto al sabor y al olor de la carne de cadera de pollos para parrilla, que se sometieron a diversas dietas, a base de varias combinaciones de harina de atún, carne y soja. En las dietas se usaron niveles de hasta un 24 por ciento de harina de atún y/o de carne. Paneles entrenados efectuaron los catados. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas (P. < .05) entre los diversos tratamientos, en los diferentes catados que se llevaron a cabo. Todos fueron aceptables desde el punto de vista del sabor, y ninguno de los miembros de los paneles se percató de sabores o de olores indeseables— a marisco o de otra naturaleza—en la carne. Las dietas prácticas para las aves destinadas al asado a la parrilla no deben contener más de un 12 por ciento de atún y/o de carne con hueso, para cumplir con la tolerancia máxima de 1 por ciento de calcio en la dieta, que es lo necesario para el crecimiento óptimo de las aves. Basado en los resultados obtenidos en el estudio III, donde los niveles de calcio estaban dentro de los requisitos de tolerancia, la proporción de harina de atún y/o de carne con hueso a usarse, debe depender del costo por unidad de la proteína, al compararse con el de la harina de soja. Se observaron tendencias hacia un aumento y una disminución en cuanto a la aceptabilidad del sabor en el caso de aquellas porciones de carne que se sometieron a tratamientos en los cuales varió el tiempo del almacenamiento. Estos resultados justifican el que se lleve a cabo una investigación más detallada sobre las interrelaciones entre las fuentes de la proteína en las dietas, el período de almacenamiento y la aceptabilidad de la carne.

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