Abstract

In 1867, young Gastón Máspero arrived in Montevideo, Uruguay, to translate a book written by the Argentine historian Vicente Fidel López, who, while during his exile conducted his campaign to run for office, also devoted himself to Quechua and the linguistics from Perú. The year he spent in Montevideo coincided with the presence of other travelers, antiquarians and pioneers of archaeology in South America, as well as with the exhibition of major Egyptian collections at Buenos Aires and Rio de Janeiro. He was in the right place at the right time. Eventually, in spite of having concentrated on Egyptology, would never lost contact with Americanism or with the South American countries.

Highlights

  • ENGLISH ABSTRACT In 1867, young Gastón Máspero arrived in Montevideo, Uruguay, to translate a book written by the Argentine historian Vicente Fidel López, who, while during his exile conducted his campaign to run for office, devoted himself to Quechua and the linguistics from Perú

  • The year he spent in Montevideo coincided with the presence of other travelers, antiquarians and pioneers of archaeology in South America, as well as with the exhibition of major Egyptian collections at Buenos Aires and Rio de Janeiro

  • Por lo que sabemos, López jamás estuvo en Perú aunque tenía al menos tres piezas de cerámica provenientes del Cuzco, las que incluyó como grabados en el libro; le habían sido regaladas por Miguel Lobo, un militar español y que en 1868 Maspero publicaría en París a través de su amigo Eggers

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Summary

ENGLISH ABSTRACT

In 1867, young Gastón Máspero arrived in Montevideo, Uruguay, to translate a book written by the Argentine historian Vicente Fidel López, who, while during his exile conducted his campaign to run for office, devoted himself to Quechua and the linguistics from Perú. Esta es la historia en que intervienen el luego egiptólogo Gastón Maspero (Gaston Camille Charles) cuando solamente contaba con 21 anos de edad, los historiadores argentinos Vicente Fidel López y Bartolomé Mitre, ambos pioneros del estudio del pasado, el casi desconocido lingüista Manuel Larsen, el viajero Richard Burton y el muy joven Samuel Lafone Quevedo quien más tarde sería el fundador de la arqueología argentina, además de otras personas conexas con el tema. Fue en ese mismo año en que Florentino Ameghino se inició como un joven dedicado a la paleontología y la arqueología presentando en su colegio la primera colección de objetos y fósiles, aunque el sabio alemán radicado en Buenos Aires Hermann Burmeister se negó a aceptarlo porque iba contra sus ideas acerca de la posible coexistencia del hombre con fauna extinta (Fernández 1982:78–79); pese a eso –o quizás precisamente por eso-, Ameghino logró publicar sus resultados en Paris en el Journal de Zoologie con P. Burmeister había sido designado director del Museo Nacional en 1863, con lo que los intereses por la arqueología se habían sumado a ese primer museo de Buenos Aires

Lenguaje y pasado precolombino
Las antigüedades egipcias en Sudamérica en el siglo XIX
Las polémicas con Bartolomé Mitre
Otros trabajos de Maspero sobre América Latina
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