Abstract

Faced with the current obesity epidemic, this article problematizes the way the right to food is often circumscribed to situations of nutritional deficit. It is argued that the right to adequate food is violated in obesogenic environments and that protection of the right requires the establishment of measures to regulate advertising and marketing practices regarding ultra-processed products. The work suggests that the main barriers to the implementation of such measures are the strategies employed by Big Food; among these, strategies that have the scientific community as a target and/or means are highlighted. Certain basic underlying assumptions are identified in the discourse of health professionals that contribute to create a framework of legitimacy regarding the consumption of ultra-processed products. The adoption of an ethical position that is free of conflicts of interest is suggested, so as to advocate for needed regulatory measures of a statutory nature.

Highlights

  • Faced with the current obesity epidemic, this article problematizes the way the right to food is often circumscribed to situations of nutritional deficit

  • Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, en 2014, el 39% de las personas mayores de 18 años tenía exceso de peso (38% varones y 40% mujeres), de los cuales el 11% de los hombres y el 15% de las mujeres eran obesos[1], lo que en promedio ha superado el porcentaje de personas subalimentadas: 10,9% a nivel mundial[2]

  • No Comercial — Esta obra no puede ser utilizada con finalidades comerciales, a menos que se obtenga el permiso

Read more

Summary

LA SINÉCDOQUE DEL HAMBRE

El derecho a la alimentación está reconocido internacionalmente desde 1948 en la Declaración Universal de Derechos Humanos, integrado al derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado (Artículo 25.1). Si bien en breves artículos incluidos en las hojas centrales del documento se menciona el sobrepeso y la obesidad como el principal problema nutricional en la infancia, relacionándolo con un “escenario de dieta infantil monótona y con exceso de calorías de baja calidad nutricional”(13), resulta sumamente llamativo que el análisis de la encuesta alimentaria que motiva el informe excluya la ponderación de consumos inadecuados por exceso. Se menciona la clasificación de seis grupos de alimentos que sustentan las Guías alimentarias para la población argentina del año 2000(14) y, para guiar el análisis, se presenta una escala con los umbrales de frecuencia de consumo semanal, que parte de la categoría “adecuado” en orden decreciente hacia la inadecuación definida como menor a una vez por semana. Además de no contemplar una categoría que incluya la inadecuación por exceso, al presentar los datos se omite toda mención a los grupos de “aceites y grasas” y “azúcar y dulces”, justamente los grupos que vehiculizan nutrientes cuyo consumo excesivo se vincula con la presencia de sobrepeso y obesidad. ¿Por qué se ha decidido presentar solo los resultados que dan cuenta de un consumo deficitario de alimentos fuente de nutrientes esenciales? A pesar de lo planteado en los breves artículos centrales, así como en la introducción, que aporta definiciones amplias del derecho a la alimentación y de su lugar entre los derechos de niños, niñas y adolescentes, se impone la “sinécdoque” que restringe la mirada a las situaciones de déficit

HACIA UN CAMBIO DE PARADIGMA
INTERESES EN CONFLICTO
REFLEXIONES FINALES
Findings
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call