Abstract

El valor estético de la arquitectura vernácula se asocia con el patrimonio intangible que representan sus habitantes, las formas de vida y la casa que reúne la belleza natural de las formas, la irregularidad de sus componentes, la fusión entre el sitio y los materiales que producen el objeto y la ausencia de cánones estéticos, pues el acto de construir es tan natural como lo es la misma gente que lo produce.La arquitectura vernácula en Cabrera, Santander se manifiesta como huella material del hábitat sostenible, construido con materiales y técnicas tradicionales adaptadas a las necesidades del grupo humano que las ha habitado desde su fundación. El uso eficiente de la tierra, la piedra y la madera ha dejado huellas en la región de una arquitectura de carácter bioclimático, adaptada de manera natural al entorno prevalentemente rural.Se toma la casa Calderón y Monsalve como representante de la arquitectura vernácula del patrimonio material de dos familias, al ser depositaria de saberes populares tradicionales y de técnicas constructivas genuinas. Su estudio se centra en la materialidad, su pasado histórico y las familias que lo habitan a través del registro, identificación y análisis de los componentes que pretenden contribuir al conocimiento académico para aplicarlo al reconocimiento y conservación de la arquitectura vernácula en un hábitat moderno cambiante.

Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call