Abstract

Desde la primera infancia se comienza a despertar la conciencia del “yo”. Estos indicadores se observan en el propio vocabulario de la infancia que se transforma en “mío” y “tu no”. En las primeras etapas evolutivas, el lenguaje está calado de emociones que consideran iguales a las suyas. El niño todavía no puede comprender que su punto de vista no es sino uno de tantos posibles y proyecta sobre el mundo lo que experimenta él mismo. En esta etapa, surge la culpa y ello puede conducir al auto-rechazo y auto-sabotaje. Mediante la conciencia emocional y el acompañamiento, desde la primera infancia, podemos observar la sensación opuesta a lo que estamos viviendo para poder comenzar así a liberarnos de los miedos. Sentir miedo es algo natural, pero utilizar el miedo y responder al miedo provoca bloqueos que se están proyectando en la edad adulta. Por ejemplo, estamos proyectando miedos infantiles como “separarnos de los familiares”, “quedarnos solos”, “miedo a accidentes o caídas” etc., a la edad adulta provocando así una necesidad constante de aceptación, refuerzo y de búsqueda del placer. Por ello, desde el programa EmocionaT-Familia nos invitan a aceptar la posibilidad de que hemos aceptado la indefensión y sin saberlo hemos permitido que ocurra. ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar para tener razón? La respuesta a esta pregunta se desvanece cuando la pregunta es razonable.

Full Text
Paper version not known

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call

Disclaimer: All third-party content on this website/platform is and will remain the property of their respective owners and is provided on "as is" basis without any warranties, express or implied. Use of third-party content does not indicate any affiliation, sponsorship with or endorsement by them. Any references to third-party content is to identify the corresponding services and shall be considered fair use under The CopyrightLaw.