Abstract

Adriana Zarri, teóloga y eremita italiana, vivió profunda y activamente el contexto eclesial posterior al Concilio Vaticano II. Entre los aspectos distintivos de su pensamiento y su estilo de vida se destaca una profunda relación con la naturaleza. Es su “espiritualidad del jardín”, que nació de su experiencia en los eremitorios que habitó. Para Zarri, la hierba, las flores y los frutos del huerto son medios de comunicación con Dios y formas de conocerlo más profundamente. De esta conexión con los elementos naturales surgen diversas formas de oración, que se convierten en vehículos de su pensamiento teológico. La sistematización de estos contenidos se entrelaza con Laudato si', para resaltar el carácter profético de su pensamiento.

Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call