Abstract

El conocimiento exacto del total de sangre perdida durante el acto operatorio, ayuda a obtener un máximo beneficio de las transfusiones. La sangre deberá ser administrada al volúmen y ritmo de su pérdida. La mantención del volúmen circulante de glóbulos rojos entre los límites normales, deberíamos considerarlo como un hecho elemental en la cirugía de pacientes con pobre riesgo quirúrgico, particularmente en los cardíacos, arterioescleróticos y aquellos de edad avanzada, quienes no pueden tolerar ya sea una sobrecarga o una disminución de su volúmen circulante. Los métodos usados para medir la pérdida de sangre durante el acto quirúrgico son discutidos. Los autores aplican el método gravimétrico y lo recomiendan como un procedimiento de rutina durante el acto operatorio. Una estima personal del total de sangre perdida en el acto operatorio no tiene valor. Cuando se trata de controlar hemorragias masivas de varios litros, el error puede ser tan grande que una falta de medida puede poner en peligro la vida del enfermo. El total de sangre perdida durante el acto operatorio obtenido por el método recomendado por los autores, es el mínimo que debe ser reemplazada. Las fuentes de pérdida adicional de sangre que no pueden ser determinadas por el método gravimétrico, son discutidas. Se presentan las cifras de la pérdida sanguínea en operaciones quirúrgicas obtenidas por Bonica y Lyter (561 casos), otros (informado por Bonica y Lyter), y los autores (109 casos). Se indica que la pérdida sanguínea durante el acto operatorio usualmente es mayor que la que el cirujano sospecha. La pérdida sanguínea de varias operaciones es discutida y la gran variación individual aun en las operaciones del mismo tipo es anotada.

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